lunes, 19 de mayo de 2008

Meteoro por fin en la pantalla grande...


Meteoro, un nombre que muchos han oído apenas hace algunos días con el estreno de la película que lleva este nombre, pero algunos otros lo habían oído desde hace mucho, y siempre recordaron y tuvieron en la mente a este gran personaje caricaturesco que durante mucho tiempo fue el ídolo de todos los amantes de la velocidad y los autos. Pero en esta ocasión la industria cinematográfica decidió sacarlo de las caricaturas y los cómics, y presentar su versión humana, en donde Emile Hirck toma el protagónico papel de Speed racer, logrando dar el enfoque del adolescente que ya no es tan adolescente, y a esta pronta edad ya es uno de los mejores pilotos de pista y circuito, creo que Emile logro brillar en el papel, primero por el punto de vista que tiene un perfil de adolescente inseguro y a la vez que quiere vivir, que toma decisiones precipitadas pero que esta decidido a darlo todo por lograr una meta, con todo y el sentido de humor infantil, y las escenas donde Chispita y su chango chito hacen y deshacen el escenario con sus juegos, sigue siendo una película que evoca emoción y adrenalina en los momentos que meteoro abordo de su match 5 y el corredor X (matthew Fox) se ven en aprietos, también agrega un toque de feminidad y belleza la increíble Christina Ricci en el papel de la guapa Trixie, no podemos olvidar al corpulento John Goodman y de la excelente Susan Sarandon como los papas de meteoro, y no menos importante al chistoso Kick Gurry en el papel de Sparkie, mas bien conocido como bujía, creo es una buena película, pero que tienes que amar la velocidad y por ende los autos, y saber un poco de cómics para apreciarla y disfrutarla como yo lo hice…

Solo uno mas…




Que difícil es llegar al punto en el que sientes que ya no puedes mas, estar en el momento en el que te cuestionas cuantas horas, minutos o segundos mas podrás resistir. Pero sobretodo es sentir con la certeza que te permite tu mente esa inseguridad de tu capacidad de lucha, de tu grado de aguante, empieza a invadir tu mente la molestosa y frustrante idea que ese es tu limite, y como siempre creemos que tenemos superpoderes o habilidades únicas, nos sentimos desilusionados, ya que aunque todos somos humanos, la mayoría se creen superhombres, y caer en la realidad que tu limite es el mismo que de tu vecino, que de tu primo, que de tu compañero de salón, y muchas veces mayor solamente que el de algunos cuantos conocidos, en especial personas que considerabas inferiores, que llamabas perdedores, fracasados y algunas veces buenos para nada, pero no obstante de esto también te percatas que estas por debajo de muchos que pensaste nunca te llegarían ni al talón, o que simplemente no los considerabas por la indiferencia de nuestros tiempos, donde una persona pasa al lado de otra y reacciona como si hubiera pasado al lado de un árbol, banca o de nada, entonces empiezas a caer en cuenta de que tus superpoderes realmente no eran mas que capacidades normales y algunas veces ni llegaban a serlo, en estos instantes los pensamientos de mediocridad, depresión y desilusión se reproducen como conejos en tu mente, tu estado de animo se comienza a desplomar y todo tu ser sucumbe ante las circunstancias tan reales que te rodean ahora. Y en este punto es cuando abres los ojos y dices, no soy superman, simplemente soy un ser mas que camina o maneja diario unos cuantos minutos a su universidad o trabajo, que come y excreta como todo ser vivo, solo un numero mas en los conteos mundiales, un voto mas en las elecciones, solo un punto en nuestro planeta…

jueves, 1 de mayo de 2008

¿Diferentes?


Que convencionales podemos ser, nos creemos diferentes, únicos, especiales, y capaces de todo, creemos no tener límites, muchos se creen supermanes, otros más religiosos se creen dioses, pero a lo largo de mi vida me he dado cuenta de dos cosas; La primera es que mientras más nos sintamos diferentes realmente es lo contrario, nos parecemos mas a los demás, y la otra es que nadie que pise la tierra que yo piso es invencible, todos somos igual de vulnerables y frágiles ante nimiedades que algunas veces no son tan pequeñas.

Estoy harto de luchar por ser diferente, creo que es hora de pertenecer a mi montón a mi manera, la corriente de aire de superioridad simplemente es solo un plafón de la cruda realidad del convencionalismo, bajemos de esa nube, abramos los ojos y veamos qué es lo que pisamos, aunque muchas veces demos pasos sobre otros, así es la vida, y nadie más que uno mismo la puede cambiar, aunque me estaría contradiciendo si dijera hacerla diferente y especial, simplemente vivamos la realidad de nuestra misma naturaleza...